jueves, 4 de septiembre de 2008


III

Uno a veces toca un cuerpo
y en el intento se va la noche entera
pero es la nada que tortura
que se amolda a la piel
y la aprieta contra la quietud oscura
entre cielo y luna se mece tu nombre
y lo pronuncio siempre
para endulzar las horas
para aquietar la ausencia
busco
arena y mar desnudo
busco
tu cuerpo desgastado en el horizonte
busco
y el viento hincha su velas de desolación reunida
busco, busco, busco,
con ingravidez traslucida y superfluas suposiciones
y te amo
con una tristeza caída de las nubes
como lluvia
y te amo
con labios doloridos que corean tu nombre
himno inútil
inútilmente tu nombre

1 comentario:

josé ángel dijo...

el nombre de la persona amada, se torna en oración...es súplica callada por el anhelo de su respiración...aquí a nuestro lado.
En el vértice de nuestro deseo, en la sombra de nuestro silencio.
Es por eso que su nombre, tu nombre en la boca de tu amado...el mio en la de mi princesa soñada, son el eterno vocabulario del amor que recitamos en noches eternas hasta la conveniente salida del sol.

fuerte el abrazo, te espero...

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